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La última brazada de Steudel

El nadador grancanario de categoría máster Gerardo Steudel fallece por una parada cardiaca tras disputar la Travesía a nado de Navidad del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria en la playa de Las Canteras


JUAN PEDRO BORREGO / LAS PALMAS DE GRAN CANARIA.
Pasadas las 14.30 horas de ayer yacía sobre la arena de la playa de Las Canteras el cuerpo, ya sin vida, de Gerardo Steudel Cabrera. Algo más de una hora antes, el veterano, reconocido y muy querido nadador grancanario (66 años), había culminado entre los primeros la entrañable Travesía de Navidad con 200 participantes inscritos.
Allí, en La Puntilla, donde en multitud de ocasiones había terminado con éxito muchas de las pruebas marineras en las que participó, su corazón dejó de latir, helando, de paso, los de los organizadores, participantes, transeúntes y bañistas que disfrutaban de uno de los días más espléndidos de la playa capitalina.
Steudel, nadador del Metropole en su juventud, después entrenador de natación en el Real Club Náutico de Vigo, ciudad donde tenía establecida su residencia con su esposa, Cristina Fernández, amó a la natación con pasión absoluta.
Propulsor de este deporte en la capital pontevedresa, instaurando en los años 70 del siglo pasado los cursillo de natación, también ostentó la presidencia de la Asociación de técnicos españoles y formó deportivamente a los guardiamarinas de la Escuela Naval de Marín, aparte de colaborar con el Centro de tecnificación de la federación gallega.
Una vez jubilado, se dedicó profusamente a la natación máster, participando en innumerables pruebas no sólo en Canarias, sino en las frías aguas de norte de España, en campeonatos nacionales y europeos, para los que se preparaba con ejemplar disciplina. Actualmente, Steudel era recordman español máster en los 200 espalda, y también fue campeón de Europa en esta distancia.
Nada hacía presagiar este fatídico desenlace de una prueba que no fue rápida porque a todos los nadadores se les premiaba por igual fuera cual fuera su posición.
O quizás esa pudo ser perdición, porque a todos les hace máxima ilusión llegar el primero.
Justo en la zona de meta, mientras los participantes reponían fuerzas, Steudel había manifestado que los 900 metros en un agua a 19O de temperatura se le habían hecho cortos.
Sin embargo, su cuerpo ofrecía escasos, pero primeros, síntomas de lo que después le costaría la vida, una parada cardiaca que no pudieron evitar los servicios sanitarios sobre la misma arena de la playa durante más de una hora de intervención.
Primero, alguno de los participantes con conocimientos médicos, después la Cruz Roja, y luego tres ambulancias, una de urgencias, otra medicalizada y una sanitarizada, del Cecoes (Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad) lucharon sin éxito por la vida de Steudel.
Mientras, sus familiares llegaban poco a poco al lugar, incrédulos y planteándose cómo informar a su esposa, que había permanecido en Vigo.La hora se hizo interminable.
Algunos rezaban. Otros se preguntaban cómo había pasado aquello a uno de sus más preparados nadadores.
Pero todo era inútil, a las 14.35 los servicios médicos certificaron su muerte.
Su cuerpo era tapado por una sábana blanca mientras la policía alejaba a los curiosos a la espera del juez, quien a las 16.15 ordenaba el traslado del cuerpo al Instituto Anatómico Forense.
Anoche, al cierre de esta edición los familiares desconocían el resultado de la autopsia.
Hoy, con ella en la mano y la presencia de su esposa en la Isla se decidirá qué se hará con sus restos.