OTRO DÍA DESPÚES (NOTINAT)

Salí de la oficina a las 17h30. Iba con el coche por la Via Cassia. Avanzábamos muy despacio en el habitual atasco. Escuchaba la radio, hay días en que la apago por la mañana interrumpiendo el mismo gran éxito del momento que suena luego cuando la enciendo camino de regreso. Cuando tengo que estarlo pisando tan a menudo a veces temo que el muelle del embrague, si es que ese mecanismo tiene un muelle, va a fallar. Le pusimos un nombre al coche en señal de cariño pero nunca lo llamamos por su nombre. Se llama Luigi. Pobre.

No sé qué me hizo irme por las ramas. ¿Qué hizo que recordara aquel día? Prácticamente retenido, avanzando a trancas y barrancas, pasando por Tomba di Nerone se me fue el pensamiento a otro tiempo reciente. Hace unos meses, de visita a una piscina en plena competición. Buscas caras amigas, gente que conoces, y buscas tu lugar en todo aquello. En realidad ya no perteneces pero sabes lo que se cuece por ahí y puede aún tener algo que ver contigo. Por cierto, ¿ese hombre tan bajito bajó de los dos minutos en 200 espalda en los años 80?

Y para cara amiga, Mary. Uno no deja de asombrarse recordándola hace quince años con la misma sonrisa por las piscinas del mundo saludando viejos amigos y enviando montones de postales. Me animó a que hablara con ese otro ejemplo de mujer que vive todo esto de un modo tan intenso que se prepara para unos nuevos Juegos Olímpicos 24 años después de ser olímpica en su ciudad natal. "Venga, ¿quién mejor para hablar del día después?"

Mrs. Torres me contó cómo se sintió al retirarse en el 2000, en Sydney:

"...es como darte con una pared, y cuando te das cuenta... no es que te dé necesariamente al día siguiente, toma su tiempo. Y yo estuve bastante baja, no puedo decir deprimida, pero sabes, puedes caer porque toda tu vida es entrenar, natación y encaminarte hacia tu objetivo..."

"... la verdad es que no me dio en las otras Olimpiadas. Yo decía: ah, bueno he terminado, ¿y ahora qué? Pero sí me dio en 2000, y duró sus buenos tres o cuatro meses. Y no es algo que... yo casi hubiera preferido ir a ver a alguien, haber hablado con alguien de ello, sabes, como un psicólogo o un psiquiatra. Creo que me habría ayudado, yo simplemente me las arreglé como pude..."

"...recuerdo cuando estaba arriba en el podium de mi última prueba y lloraba, estaba tan excitada con haber ganado, pero pensaba: dios mío, ¿y ahora qué? Y perdí los papeles, de verdad. Mi entrenador tuvo que venir de lo histérica que me puse, llorando..."

"Simplemente vino y me ayudó porque yo estaba muy disgustada con que hubiera terminado."

Una amiga, olímpica a los 14, fue determinante para conseguir el testimonio de otra olímpica a los 17 que pretende serlo de nuevo con 41. Grazie Mary.

El coche y yo llegamos a casa. Cena tranquila, no excesiva.

AUTOR CARLOS RAMOS. COLABORADOR DE NOTINAT.

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